Quienes realizáis vuestros propios oleatos o macerados de plantas medicinales en aceite (el típico aceite de caléndula, árnica, lavanda, consuelda, etc.), si no conocéis el método con intermediación de alcohol, tomad buena nota. Este sistema lleva nuestros macerados a otro nivel en cuanto al poder de extracción de las cualidades de la planta.
Y es que este tipo de extracción se inspira en un método muy antiguo que formaba parte de la farmacopea oficial hace muchos años, pero que se fue olvidando con el tiempo. Y en estos últimos lustros se ha venido recuperando dentro del sector de los amantes de las plantas medicinales.
Es un método muy sencillo, al alcance de la mayoría, que nos permite obtener unos macerados en aceite mucho más potentes y a la vez mucho más duraderos, ya que el alcohol nos ayudará a extraer mayor variedad y cantidad de compuestos.
INGREDIENTES
1 medida de planta seca (por ej., 100 gramos).
½ medida de alcohol (por ej. 50 gr.)
Entre 6 y 8 medidas de aceite vegetal (por ej. 600 gr.)
PREPARACIÓN
1- Planta seca y triturada-
Necesitaremos planta seca. Es decir, con este método no vamos a poder hacer extractos de plantas como el hipérico, que debe ser macerado en fresco para aprovechar todas sus propiedades
Sin embargo, sí que nos va a servir para la mayoría de plantas con las que solemos elaborar aceites medicinales para uso externo como caléndula, lavanda, árnica, llantén, consuelda, centella asiática... La planta tiene que estar seca y además deberemos triturarla hasta reducirla a un polvo más bien grueso. Podemos triturar nuestra planta con un molinillo de café, con una batidora de vaso que triture en seco, manualmente con un mortero, etc.
2- Incorporación del alcohol
Una vez tenemos nuestra planta reducida a un polvo grueso, la pesaremos si tenemos balanza. Si no tenemos balanza, siempre podemos hacer el macerado un poco a ojo.
Echaremos entonces nuestra planta triturada dentro de un envase que podamos cerrar de forma hermética. Y este es el momento de humedecerla con alcohol.
Usaremos un alcohol, preferentemente de uso alimentario y que sea el de más alta graduación que tengamos en casa.
La planta tendrá que estar lo suficientemente húmeda como para tener una textura de arena de playa húmeda, pero sin rezumar nada de líquido. Generalmente, se toma como referencia una medida de planta por media medida de alcohol. Es decir, si hemos echado 100 gramos de planta, añadiríamos 50 gramos de alcohol. Nos ayudaremos de un tenedor para mezclar bien la planta con el alcohol para que se incorporare bien y se absorba perfectamente.
Esta cantidad de alcohol, aunque suele funcionar en general, puede variar de pendiendo de la planta, así que con alguna planta habrá que echar más para conseguir esa textura de arena húmeda.
Después cerramos bien nuestro envase, lo agitamos un poco más y lo dejamos macerando entre 12 y 24 horas.
3- Paso por la Batidora
Echamos la planta en la batidora de vaso (o cualquier otro utensilio que cumpla una función similar) y añadirle entre 6 y 8 medidas del aceite vegetal que hayamos escogido, como oliva. Es decir si hemos echado 100 gramos de planta utilizaremos entre 600 y 800 gramos (yo lo hago todo al peso para no complicarme) de aceite vegetal.
Hay que echar la cantidad de aceite suficiente para que al poner la máquina en marcha pueda girar la planta con el líquido perfectamente y no se quede la máquina atorada, así que dependerá de cada planta y de cada batidora.
Ponemos la batidora en marcha y dejamos que bata hasta que se perciba el vaso de la batidora un poco tibio al tacto. Caliente no, tibio.
Cuando el aceite esté algo tibio, apagamos la máquina y ya lo tenemos listo.
En mi caso, para no fundir la máquina lo que hago es hacer varios encendidos y apagados, darle algunos descansos hasta que el vaso comienza a coger temperatura.
Y una vez llegados a este punto en el que nuestro
aceite se ha amalgamado muy bien con la planta y se ha templado,
tenemos distintas opciones. La primera es decidir que nuestro
aceite ya está hecho. De hecho, normalmente en este momento ya
tenemos nuestro aceite al 100% listo para ser filtrado y usado.
OPCIÓN DE EXTENDER EL PROCESO DE MACERACIÓN
Dependerá de nuestros gustos y de la planta con la que estemos trabajando, podemos seguir extendiendo un poco más el proceso de maceración. Algunas de las opciones son:
Seguir batiendo con nuestra batidora de vez en cuando a lo largo del día ese aceite varias veces hasta que se vuelva a templar. Se repite el procedimiento cada varias horas cuando el aceite se enfría, y así durante un día o dos.
Otra opción sería la extracción al baño María. Pasamos nuestro aceite a un baño María y durante un día o dos hacemos el mismo proceso. Ponemos el agua y cuando el agua rompe a hervir, apagamos el fuego y dejamos nuestro aceite macerando en ese agua caliente. Esto nos puede ayudar a evaporar el agua restante si hemos usado vodka, por ejemplo. El baño María se repite varias veces a lo largo de un día o dos. Encendemos el fuego, el agua hierve, apagamos el fuego una vez hierve y dejamos nuestro aceite macerando en ese agua caliente hasta que se enfrié y vuelta a empezar. Este es otro procedimiento que ayuda a extraer más principios activos y que puede ser bastante útil con plantas como la caléndula. También podemos simplificar el proceso con un baño María suave que dure una hora o dos sin más repetición.
También podemos optar por continuar con la maceración de nuestro preparado, como lo hacemos habitualmente por el método tradicional, en un sitio cálido, al sol, etc..
TIPO DE ALCOHOL A USAR
El mejor alcohol para realizar este método es el de de grado alimentario de más alto volumen de alcohol que tengáis en casa, el ideal es el de 95º.
Un vodka normalmente tiene un 40% de volumen de alcohol. Esto quiere decir que 40% del vodka es alcohol y 60% agua. De esta forma, si humedecemos nuestra planta en vodka, vamos a tener una parte de agua que quizá no sea lo más recomendable en un macerado en aceite, ya que el agua acorta la vida útil de los aceites, aunque hay formas de minimizar el riesgo, más adelante os lo explico.
Por eso, el alcohol ideal es el que contiene 95 ó 96% de volumen de alcohol, que es un alcohol prácticamente puro. Este tipo de alcohol, al menos en España, se suele vender en tiendas especializadas, bajo el nombre de alcohol para elaborar licores. Es un poco caro, pero quizá para casos puntuales como para elaborar extractos de plantas resinosas, puede venir bien tener siempre una botella reservada.
Y si humedecemos nuestra planta con un alcohol de tan alta graduación, no vamos a tener que preocuparnos demasiado por si se pudiera estropear, ya que este alcohol prácticamente no contiene nada de agua.
De todos modos si sólo tenemos en casa alcohol tipo vodka o similar, también podemos preparar nuestro extracto sin problemas, sometiendo el macerado final a un baño María como explico abajo.
Si probáis este método con la intermediación de alcohol comprobaréis la diferencia abismal que existe con el extraído por el método tradicional. Se nota una gran diferencia desde en el color, que es mucho más intenso, hasta en sus propiedades, ya que el alcohol facilita la incorporación al aceite de compuestos como resinas que el aceite por s´solo no habría incorporado. ¡Que lo disfrutéis!
Fátima Solé