Estos ataques sistemáticos en nombre de la supuesta "evidencia científica" están usando todos los mecanismos de poder a su alcance, incluyendo prensa controlada por los grandes grupos de influencia, monopolizando discursos y opinión.
Las faltas de respeto y ataques incluyen el uso de términos inventados despectivos como la palabra "pseudociencias" para referirse a estas medicinas milenarias y ancestrales, cuya eficacia ha constatado el ser humano de forma empírica, en muchos casos desde hace milenios, y cuyos conocimientos acumulados forman parte del patrimonio cultural de la Humanidad.
Esta situación ha llegado a extremos tan graves, que en el momento de subir este vídeo un grupo parlamentario español ha presentado en el Congreso de los Diputados una propuesta para que sea delito en el Código Penal, es decir, que te pueda llevar a la cárcel, informar sobre tratamientos o productos que no estén avalados por la Agencia Española del Medicamento.
A estos grupos interesados en borrar del mapa y denigrar este preciado patrimonio cultural de los pueblos, nuestras medicinas tradicionales y complementarias, convendría recordarles que la misma Organización Mundial de la Salud, a la que ellos seguramente respetan, tiene en marcha un Plan denominado "Plan Estratégico sobre Medicina Tradicional 2014-2023" para promover la regulación, investigación e implementación de las ancestrales medicinas tradicionales y complementarias (MTC) en el sistema sanitario público.
Vamos a ver cómo define la OMS en su Plan Estratégico, eso que en España insultan y menosprecian con palabras como pseudoterapias, pseudociencias, estafas, charlatanerías...:
Desde la asociación La Dulce Revolución se están recogiendo firmas para que España cumpla con este "Plan Estratégico sobre Medicina Tradicional 2014-2023" de la OMS. La campaña está en change.org bajo el nombre de: ¡Sí a las Medicinas Tradicionales y Complementarias: Tú pagas, tú decides!
Desde este blog te invito a sumarte a la campaña, firmando para darle fuerza. Dejaré este y otros enlaces al final.
En España se están aprovechando de que llevamos 40 años en los que se nos está negando dar un marco legal a estas medicinas tradicionales y complementarias, regulándolas. Contrariamente a lo que ocurre en otros países de Europa y del mundo con democracias más asentadas y saludables, donde no sólo están reguladas y reconocidas sino que en muchos casos forman parte del sistema público de salud. Es el caso de Suiza, Alemania, Francia, Portugal, Dinamarca, Finlandia..., etc.
Resulta como mínimo curioso, de todos modos, que una ciencia vendida a los intereses económicos desde hace décadas, sea la misma que se considere única autoridad para legitimar terapias que en muchos casos son de bajo coste y no patentables. No hace falta ser muy inteligentes para comprender por qué jamás se investigan ni legitiman estas terapias que sí tienen evidencia empírica. Evidencia empírica que podemos constatar los millones de usuarios en todo el mundo, muchos de los cuales llevamos utilizándolas desde hace décadas como principal opción.
Dicen que el sentido común es el menos común de los sentidos, y desde luego aquí se demuestra, ya que se menosprecia la experiencia de millones de personas, mientras se espera que en algún futuro incierto, la ciencia vendida a los lobbys demuestre si son o no verdad los conocimientos tradicionales pasados de generación en generación y que han perdurado hasta hoy.
Ante este panorama cabe preguntarse quién es dueño de nuestro cuerpo, ¿lo somos nosotros o lo es el gobierno o el sistema sanitario? ¿Se está respetando nuestra libertad para decidir o rechazar terapia como reconoce La Ley básica reguladora de la Autonomía del Paciente? ¿Se está respetando nuestro derecho a la autodeterminación terapéutica?
Las medicinas tradicionales de los pueblos son patrimonio de todos. No deberíamos permitir que las secuestren, las menosprecien y sigan borrándolas del mapa, o que se apropien de ellas para sintetizarlas en productos patentables mientras nos prohiben su uso, privándonos de conocimientos valiosos de bajo coste y al alcance de todos, que nos han acompañado desde hace siglos.
¿Para cuando esta ciencia de la bandera de la evidencia se atreverá a comparar de forma independiente, eficacia entre tratamientos convencionales y tratamientos tradicionales? ¿o para cuándo se atreverá a comparar daños y muertes entre ambos sistemas? ¿o a investigar las causas de las enfermedades en lugar de limitarse a buscar supuestas curas con patentes millonarias? ¿Por qué esta ciencia que acusa de falta de evidencia, no se atreve a demostrar la falta de evidencia de la que acusa? ¿Es científico negar a priori sin duda alguna la eficacia de algo que jamás se ha investigado ni estudiado?
Y una propuesta antes de terminar: que la palabra "pseudociencias" se utilice para etiquetar en las redes sociales aquellas informaciones que denuncian prácticas científicas con poca evidencia, como daños ocultados por fármacos y vacunas, actuaciones y procedimientos médicos innecesarios o perjudiciales, corrupción de la industria farmacéutica..., etc. y así devolveremos el término "pseudociencias" a donde realmente pertenece.
Desde aquí todo el apoyo a Josep Pàmies y a todos los buenos profesionales que se sienten acosados a causa de este clima inquisitorial.
¡Salud para todos y gracias a quienes apoyáis con vuestra firma!
Fátima Solé
IMPORTANTE: EN ESTA ENTRADA SE EXPRESA SOLAMENTE LA OPINIÓN DE LA AUTORA, PERO NO ES NI SUSTITUYE, EN NINGÚN CASO, LA CONSULTA, TRATAMIENTO, O DIAGNÓSTICO, DEL PROFESIONAL DE LA SALUD COMPETENTE.
ENLACES DE REFERENCIA
¡Sí a las Medicinas Tradicionales y Complementarias: Tú pagas, tú decides!
"Plan Estratégico sobre Medicina Tradicional 2014-2023"
¿Aún tenemos derecho a la autodeterminación terapéutica?
¡Sí a las Medicinas Tradicionales y Complementarias: Tú pagas, tú decides!
"Plan Estratégico sobre Medicina Tradicional 2014-2023"
¿Aún tenemos derecho a la autodeterminación terapéutica?
