domingo, 28 de julio de 2024

OLEATO CON INTERMEDIACIÓN DE ALCOHOL lleva tus macerados al siguiente nivel



Quienes realizáis vuestros propios oleatos o macerados de plantas medicinales en aceite (el típico aceite de caléndula, árnica, lavanda, consuelda, etc.), si no conocéis el método con intermediación de alcohol, tomad buena nota. Este sistema lleva nuestros macerados a otro nivel en cuanto al poder de extracción de las cualidades de la planta.

 

Y es que este tipo de extracción se inspira en un método muy antiguo que formaba parte de la farmacopea oficial hace muchos años, pero que se fue olvidando con el tiempo. Y en estos últimos lustros se ha venido recuperando dentro del sector de los amantes de las plantas medicinales. 

 

Es un método muy sencillo, al alcance de la mayoría, que nos permite obtener unos macerados en aceite mucho más potentes y a la vez mucho más duraderos, ya que el alcohol nos ayudará a extraer mayor variedad y cantidad de compuestos.



INGREDIENTES

1 medida de planta seca (por ej., 100 gramos).

½ medida de alcohol (por ej. 50 gr.)

Entre 6 y 8 medidas de aceite vegetal (por ej. 600 gr.)



PREPARACIÓN

1- Planta seca y triturada-

Necesitaremos planta seca. Es decir, con este método no vamos a poder hacer extractos de plantas como el hipérico, que debe ser macerado en fresco para aprovechar todas sus propiedades

Sin embargo, sí que nos va a servir para la mayoría de plantas con las que solemos elaborar aceites medicinales para uso externo como caléndula, lavanda, árnica, llantén, consuelda, centella asiática... La planta tiene que estar seca y además deberemos triturarla hasta reducirla a un polvo más bien grueso. Podemos triturar nuestra planta con un molinillo de café, con una batidora de vaso que triture en seco, manualmente con un mortero, etc.



2- Incorporación del alcohol

Una vez tenemos nuestra planta reducida a un polvo grueso, la pesaremos si tenemos balanza. Si no tenemos balanza, siempre podemos hacer el macerado un poco a ojo.

Echaremos entonces nuestra planta triturada dentro de un envase que podamos cerrar de forma hermética. Y este es el momento de humedecerla con alcohol.

Usaremos un alcohol, preferentemente de uso alimentario y que sea el de más alta graduación que tengamos en casa.

La planta tendrá que estar lo suficientemente húmeda como para tener una textura de arena de playa húmeda, pero sin rezumar nada de líquido. Generalmente, se toma como referencia una medida de planta por media medida de alcohol. Es decir, si hemos echado 100 gramos de planta, añadiríamos 50 gramos de alcohol. Nos ayudaremos de un tenedor para mezclar bien la planta con el alcohol para que se incorporare bien y se absorba perfectamente.

Esta cantidad de alcohol, aunque suele funcionar en general, puede variar de pendiendo de la planta, así que con alguna planta habrá que echar más para conseguir esa textura de arena húmeda.

Después cerramos bien nuestro envase, lo agitamos un poco más y lo dejamos macerando entre 12 y 24 horas.


 

3- Paso por la Batidora

Echamos la planta en la batidora de vaso (o cualquier otro utensilio que cumpla una función similar) y añadirle entre 6 y 8 medidas del aceite vegetal que hayamos escogido, como oliva. Es decir si hemos echado 100 gramos de planta utilizaremos entre 600 y 800 gramos (yo lo hago todo al peso para no complicarme) de aceite vegetal.

Hay que echar la cantidad de aceite suficiente para que al poner la máquina en marcha pueda girar la planta con el líquido perfectamente y no se quede la máquina atorada, así que dependerá de cada planta y de cada batidora.

Ponemos la batidora en marcha y dejamos que bata hasta que se perciba el vaso de la batidora un poco tibio al tacto. Caliente no, tibio.

Cuando el aceite esté algo tibio, apagamos la máquina y ya lo tenemos listo.

En mi caso, para no fundir la máquina lo que hago es hacer varios encendidos y apagados, darle algunos descansos hasta que el vaso comienza a coger temperatura.


Y una vez llegados a este punto en el que nuestro aceite se ha amalgamado muy bien con la planta y se ha templado, tenemos distintas opciones. La primera es decidir que nuestro aceite ya está hecho. De hecho, normalmente en este momento ya tenemos nuestro aceite al 100% listo para ser filtrado y usado.



OPCIÓN DE EXTENDER EL PROCESO DE MACERACIÓN

Dependerá de nuestros gustos y de la planta con la que estemos trabajando, podemos seguir extendiendo un poco más el proceso de maceración. Algunas de las opciones son:

  • Seguir batiendo con nuestra batidora de vez en cuando a lo largo del día ese aceite varias veces hasta que se vuelva a templar. Se repite el procedimiento cada varias horas cuando el aceite se enfría, y así durante un día o dos.

  • Otra opción sería la extracción al baño María. Pasamos nuestro aceite a un baño María y durante un día o dos hacemos el mismo proceso. Ponemos el agua y cuando el agua rompe a hervir, apagamos el fuego y dejamos nuestro aceite macerando en ese agua caliente. Esto nos puede ayudar a evaporar el agua restante si hemos usado vodka, por ejemplo. El baño María se repite varias veces a lo largo de un día o dos. Encendemos el fuego, el agua hierve, apagamos el fuego una vez hierve y dejamos nuestro aceite macerando en ese agua caliente hasta que se enfrié y vuelta a empezar. Este es otro procedimiento que ayuda a extraer más principios activos y que puede ser bastante útil con plantas como la caléndula. También podemos simplificar el proceso con un baño María suave que dure una hora o dos sin más repetición.

  • También podemos optar por continuar con la maceración de nuestro preparado, como lo hacemos habitualmente por el método tradicional, en un sitio cálido, al sol, etc..



TIPO DE ALCOHOL A USAR

El mejor alcohol para realizar este método es el de de grado alimentario de más alto volumen de alcohol que tengáis en casa, el ideal es el de 95º.

Un vodka normalmente tiene un 40% de volumen de alcohol. Esto quiere decir que 40% del vodka es alcohol y 60% agua. De esta forma, si humedecemos nuestra planta en vodka, vamos a tener una parte de agua que quizá no sea lo más recomendable en un macerado en aceite, ya que el agua acorta la vida útil de los aceites, aunque hay formas de minimizar el riesgo, más adelante os lo explico.

Por eso, el alcohol ideal es el que contiene 95 ó 96% de volumen de alcohol, que es un alcohol prácticamente puro. Este tipo de alcohol, al menos en España, se suele vender en tiendas especializadas, bajo el nombre de alcohol para elaborar licores. Es un poco caro, pero quizá para casos puntuales como para elaborar extractos de plantas resinosas, puede venir bien tener siempre una botella reservada.

Y si humedecemos nuestra planta con un alcohol de tan alta graduación, no vamos a tener que preocuparnos demasiado por si se pudiera estropear, ya que este alcohol prácticamente no contiene nada de agua.

De todos modos si sólo tenemos en casa alcohol tipo vodka o similar, también podemos preparar nuestro extracto sin problemas, sometiendo el macerado final a un baño María como explico abajo.



Si probáis este método con la intermediación de alcohol comprobaréis la diferencia abismal que existe con el extraído por el método tradicional. Se nota una gran diferencia desde en el color, que es mucho más intenso, hasta en sus propiedades, ya que el alcohol facilita la incorporación al aceite de compuestos como resinas que el aceite por s´solo no habría incorporado. ¡Que lo disfrutéis!




Fátima Solé


viernes, 26 de julio de 2024

LOCIÓN ANTIMOSQUITOS Y REFRESCANTE PARA EL VERANO


El calor y los mosquitos son dos compañeros inevitables del verano. Hay muchas formas de combatirlos, por ejemplo, con una sencilla loción muy fácil de preparar que actúa como repelente a la vez que nos refresca. En ella aprovecharemos el poder del aceite esencial de menta, usado tradicionalmente para ahuyentar mosquitos y muy conocido además por esa agradable sensación de frescor que deja en la piel.
 

Solo necesitaremos 3 ingredientes básicos: agua, alcohol y aceite esencial de menta; y otros dos que, aunque son opcionales, sí son recomendables pues ayudan a fijar por más tiempo el aroma en la piel.




Ingredientes:
-30 ml. de agua.
-Una cucharadita de vodka o de cualquier otro alcohol similar, también sirve el alcohol de farmacia si no hay otro.
-20 gotas de aceite esencial de menta.


Opcional:
-Media cucharadita de glicerina vegetal.
-Media cucharadita de aceite de ricino.



Preparación:
En un frasco, mejor si tiene pulverizador, echar el aceite esencial y luego el alcohol. Agitar un poco. El alcohol nos ayudará a una mejor suspensión del aceite esencial en el agua. Añadir el agua y después la glicerina y el aceite. Cerrar el envase, agitar bien, y dejar reposar durante 24 horas en un lugar fresco y oscuro.



Cómo se usa:
Hay que agitar bien antes de cada uso. Se aplica pulverizando directamente sobre la piel. También se puede echar en la palma de las manos y extenderse sobre el área del cuerpo deseada.



Precauciones

Evitar echarlo en los ojos, mucosas o heridas.

El aceite esencial de menta se considera que no es apto para mujeres embarazadas o niños menores de 6 años. 

Si accidentalmente cayera sobre los ojos o mucosas, podemos utilizar unas gotas de aceite vegetal como oliva o coco que nos ayudarán a retirar el aceite esencial.


Al ser un producto natural dependiendo de las condiciones atmosféricas habrá que repetir la aplicación regularmente según notemos que pierde efecto.



Otros usos:
Su acción refrescante convierte esta loción en una buena aliada para contribuir a aliviar los sofocos de la menopausia.




IMPORTANTE:
Esta información, no es, ni sustituye, la consulta, tratamiento o diagnóstico del profesional de la salud competente.






Fátima Solé


miércoles, 24 de julio de 2024

APROVECHA LA LUTEÍNA DE LA CALÉNDULA.

 


La luteína es un carotenoide afín ala mácula del ojo, se considera que la cuida, repara y protege. La mayor parte de los suplementos comerciales de luteína proceden de la flor de la caléndula ya que los pétalos de esta flor son ricos en este carotenoide. 

Por eso, aunque encontramos luteína en alimentos como perejil, espinacas, kale, maíz, yema de huevo, kiwi, naranja o pimiento, entre otros muchos, la caléndula -especialmente la de color naranja intenso- es otra opción de alimento medicinal interesante a tener en cuenta. 

 

La caléndula es una planta y alimento medicinal muy valorada desde la antigüedad por sus virtudes. Y ya su nombre botánico, calendula officinalis, nos está indicando que fue una planta oficial de la farmacopea antigua para tratar algunas dolencias. Esto lo indica el término officinalis de su nombre en latín. 

 

Además de carotenoides también contiene flavonoides, principios amargos, saponinas, resinas, mucílagos, etc., que actúan en sinergia. La sinergia de compuestos es importante a considerar cuando hablamos de plantas medicinales. 

Ya que las plantas actúan gracias a la sinergia de todos sus compuestos y no son solo un principio activo. 

 

La caléndula se ha utilizado tradicionalmente como vulneraria, antiséptica, como apoyo cuando hay fiebre, también en diversos problemas del sistema digestivo, por su poder para activar y ayudar a depurar el sistema linfático, e incluso se investiga su posible acción antitumoral. 

 

La caléndula es una planta muy fácil de cultivar, incluso en macetas, es una planta muy agradecida ya que al igual que la manzanilla, cuantas más flores le cortas más flores te da. 

 

Además, también se suele encontrar con facilidad en herbolarios para infusión, por lo que cabe preguntarse cómo podríamos incorporar esta flor a nuestra alimentación para aprovechar sus propiedades y también sus nutrientes para el sistema ocular. 

 

Todo depende de la forma de tomarla. 

 

La infusión de caléndula, por ejemplo, si bien tradicionalmente ha sido usada como apoyo del sistema linfático, digestivo, etc., y en ella extraemos algunos de los compuestos de la planta solubles en agua, no nos aporta luteína ya que este carotenoide no es soluble en agua, aunque sí lo es en aceite. 

 

Debido a esto, una de las mejores formas de aprovechar la luteína y las propiedades en general de la caléndula, sería incorporar los pétalos a nuestros platos directamente. Se consumen los pétalos sin el cáliz ya que éste puede ser un poco áspero para la garganta. 

 

Lo habitual suele ser ingerir de una a varias flores al día, mucho mejor si son frescas y poseen un tono naranja o amarillo intenso. 

 

Así que para aprovechar al cien por cien la luteína de la caléndula lo mejor es incorporar los pétalos frescos o secos, enteros o pulverizados en el momento, a la alimentación diaria como se hacía antiguamente que era muy normal, por ejemplo, echar caléndula a las sopas o para dar color al arroz. 

 

Podemos añadir pétalos de caléndula a: 

Ensaladas 

Arroces 

Potajes 

Guisos 

Sopas 

Postres, para darles color..

 

En platos calientes en general es mejor añadirla al final de la cocción. 

 

Por otro lado, aunque para consumo directo se toman solo los pétalos, si compramos la caléndula deshidratada para infusión o para hacer tinturas o aceites, es mucho mejor adquirir la flor entera con el cáliz ya que éste contiene sustancias valiosas como resinas que dan mayor potencia a nuestros preparados. 

 

Aunque encontrar caléndula seca de calidad en herbolarios no es fácil ya que esta flor se deteriora en muy pocos meses. Por eso, rara vez podemos adquirir flores secas que mantengan ese tono amarillo o naranja vibrante característico. 

Ese sería un signo de una caléndula deshidratada de calidad y recién secada, un color vivo parecido al que tiene la flor fresca. Si el tono está apagado, la planta quizá siga teniendo ciertas propiedades, pero habrá perdido potencia.  

 

Por eso, si podemos es ideal cultivar nuestras propias flores y además es muy fácil sacarlas adelante a partir de semillas.  

Y si no encuentras semillas de caléndula, aquí va un truco: encontrarás semillas en las flores secas enteras que venden para infusión, ya que siempre se les cuelan. 

 

Por otro lado, si puedes escoger, cultiva variedades que tengan flores de color naranja intenso ya que suelen ser las más ricas en carotenoides. 

 

Y a la hora de secar tus flores es importante secarlas rápido para evitar que se estropeen, un truco para secarlas rápido si tienes coche es ponerlas en una sola capa dentro de una caja de cartón en la parte trasera del coche protegidas de la luz. Si los días son algo cálidos en muy poco tiempo tendrás tus flores bien secas.  

Antes de guardar las flores secas es importante asegurarse de que están completamente deshidratadas estrujando el centro de la flor que debe estar bien crujiente, así evitamos sorpresas desagradables en un futuro cuando vayamos a usar esas flores que con tanto cariño hemos cultivado. 

 

Y por último, otra opción para incorporar los pétalos a la alimentación diaria es hacer una especie de pastillas mezclando pétalos secos recién molidos con crema de frutos secos o de semillas, como almendras o sésamo, añadiendo algún endulzante al gusto u otros ingredientes en polvo como cacao, raíz de regaliz etc., hasta conseguir una masa compacta. Con esta masa se forman bolas del tamaño de una cereza, se guardan en la nevera y se toman a modo de golosina. Aunque confieso que este método no me resulta agradable para consumir la caléndula.


ESTA INFORMACIÓN, NO ES, NI SUSTITUYE, LA CONSULTA, TRATAMIENTO, O DIAGNÓSTICO DEL PROFESIONAL DE LA SALUD COMPETENTE.



 Fátima Solé